Ayer como todos los palaciegos pudimos observar que en la Almazara, a las 17:30 aproximadamente, se producía un verdadero milagro de Dios. Tras pasar una lluviosísima mañana como por arte de magia a las 17:30 aproximadamente dejaba de llover y salía un radiante sol y junto a el un precioso cielo primaveral.
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